Dilian Jurado luchaba contra la depresión y otras tantas adversidades -generadas todas a raíz del Covid-19, la pandemia que ha puesto nubes grises sobre el 2020 de toda la humanidad- en medio de su preparación. La atleta panameña confiesa a día a día que estaba cerca de tirar la toalla. El aliento de su madre y de su equipo de trabajo le dieron ese empujón que necesitaba, y terminó cosechando un logro de dimensiones muy importantes para el deporte nacional, al terminar en el segundo puesto de la categoría femenina del Mr. Olympia, en Estados Unidos.
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"Es el mejor evento a nivel mundial en esta disciplina... lo hacen una vez al año... ninguna atleta panameña había llegado tan lejos, un segundo lugar es bastante. Estoy contenta con el resultado, no me lo esperaba... hay mucho nivel, muchos atletas de todo el mundo compitiendo", comentó la deportista. "Todavía no me lo creo, por cierto", agregó, entre risas.
Nervios y ansiedad
"Los nervios y el temor estaban desde que salí para allá (Estados Unidos)... yo había ido anteriormente a ese evento, pero no como atleta", mencionó.
"Tú quieres llevar allá un físico digno de un Olimpia, allí va lo mejor de lo mejor, quería llevar un físico bueno, simétrico, bien bonito todo... además, fui sola, antes iba con mi hermana , mi mamá... estaba muy nerviosa... pero una como atleta siempre quiere lograr algo... no me quería venir a Panamá con las manos vacías", continuó.
Jurado reconoce que ver el físico de sus rivales le causó algo de ansiedad.
"Mis preparadores tratan de hablarme siempre y de decirme que me mantenga enfocada... es difícil hacerlo, no compararse con las demás... decía: Cónchale, estoy dura, pero ves a las demás y...", manifestó.
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"Siempre, por ejemplo, me pasa que, como yo soy pequeña, me dicen: 'Eres chiquita' o cosas así, y eso me limita; pero en el fisiculturismo no es un limitante, aquí se evalúa la simetría... los jueces ven un cuerpo bonito, armonioso, acorde, y eso era lo que recordaba en mi mente: 'Cónchale, que glúteos, que piernas, se ven divinas'... decía que el trabajo que había traído estaba bien, y al parecer estaba en lo correcto risas", apuntó.
Mucha fe
Dilian relata que, cuando anunciaron que ella había quedado en el segundo lugar, "definitivamente no lo podía creer, tenía una sonrisa de canto a canto. Me pasó por la mente darle gracias al Señor, decir: Dios mío, por ti estoy aquí, la gracia no me faltó, siempre estuvo ahí respaldándome", rememoró la istmeña.
"Quería correr a decirle a mi mamá, a contarle... estaba muy feliz", abundó Jurado quien, pese a todo, señala que se quedó a un paso de cumplir un gran sueño.
"El sueño de todo fisculturista, si eres de corazón, apasionado, es lograr el carné profesional, y para lograrlo tienes que ganar. En Panamá no existe una atleta femenina que sea profesional y ese es uno de mis objetivos. Sentirlo tan cerca, haberlo pellizcado, decía: Dios mío, estuve cerca... hubiese cumplido ese sueño. Ahora me tocará seguir luchando. Estoy un poco más cerca", contó.
Depresión
Para la canalera, "la parte" que más le costó en su preparación fue superar la depresión.
"Caí en una depresión grande por lo del Covid-19, porque tenía muchos planes de competencias, viajes, eventos... pretendía seguir luchando y mantenerme activa... pero por el Covid-19 nos cierran los gimnasios, cierran todo, no pude entrenar como debía... luché en casa con mancuernas, con lo poquito o mucho que tenía, cuidando la alimentación al doble... estar en ese proceso, esos meses que no pude hacer un buen trabajo, me llenaba de mucha incertidumbre. Caí en depresión horrible. Mi mamá me ayudaba mucho", relató.
"Verme sola, luchando por mis sueños, provocaron que llegara a decir que no iba a competir este año porque la cosa estaba muy dura... decía: No voy a lograrlo, quería abandonarlo... pero mi mamá y mi equipo de trabajo me dijeron que no me rindiera, que siguiera luchando... y valió la pena", abundó.
Autoestima
"La verdad, esto que hago, el fitness, este estilo de vida saludable, me ayudó mucho con mi autoestima", reconoció Jurado.
"Me ayudó con mi seguridad porque antes era muy tímida, no me sentía tan segura de mí... ahora, hoy en día, me siento fuerte, física y mentalmente, eso me gusta mucho, me he convertido en una persona más determinada, soñadora, disfruto el proceso. Y como siempre digo, el cuerpo es lo único que tenemos hasta el día que nos vayamos, es como nuestro compañero y debemos cuidarlo", señaló.
Críticas por su físico
"Me toca lidiar con eso a diario", dice Dilian sobre los prejuicios.
"Hay mucha gente que admira el trabajo que uno hace y te dice cosas muy bonitas; pero hay otras que critican y dicen cosas despectivas. Me toca leer de todo, cosas como 'que asco', que parezco hombre, que se ve horrible... al principio me afectaba, me ponía triste, me incomodaba... me tocaba borrar o eliminar cosas muy fuertes... pero ya con el pasar de los años, me hice fuerte... que te sientas feliz y a gusto contigo es lo importante", apuntó.
"Yo me pregunto qué tendrá esa persona en la cabeza para destruirme, qué tan infeliz puede ser esa persona para expresarse así.. es una buena interrogante (risas)", sentenció.
Soy una mujer de mucha fe, muy creyente. Siempre sentí en mi corazón que tenían esperanzas... me veía al espejo, me sentía bien... cuando veía mi físico decía que me sentía contenta y feliz... me sentía dura, decía: Dios, hasta aquí hice mi parte, ahora lo que me falta es que tú me des gracia.